En un duelo de eliminatoria directa durante los octavos de final del Mundial Sub‑20 Chile 2025, México impuso su jerarquía y se llevó una contundente victoria por 4‑1 ante la selección anfitriona. El escenario fue el Estadio Elías Figueroa Brander, en Valparaíso, sede elegida para esta llave decisiva.
El combinado mexicano llegó al encuentro con envión anímico tras superar una fase de grupos de notable exigencia. Finalizó segundo en el Grupo C, tras empates ante Brasil y España, y sumó el triunfo vital frente a Marruecos con un penal de Gilberto Mora que selló su pase a la ronda de eliminación directa. Por su parte, Chile avanzó como local con la presión de honrar su condición de país sede, consciente de que este partido marcaría su continuidad o despedida del torneo.
El partido transcurrió con ventaja clara para los mexicanos. Tahiel Jiménez adelantó al Tri con un potente disparo desde fuera del área, tras una asistencia precisa de Mora. Esa fue la antesala de lo que vendría: en la segunda parte, Iker Fimbres amplió el marcador con otro golazo, y Hugo Camberos anotó un doblete que terminó por quebrar la resistencia local. Chile logró un gol de honor con Juan Francisco Rossel en los minutos finales, pero no bastó para revertir el dominio mexicano.
El resultado refleja una actuación sólida, ordenada y efectiva del equipo dirigido por Eduardo Arce. México supo leer los momentos del partido, mantener el control del mediocampo y aprovechar con contundencia sus oportunidades ofensivas. Del otro lado, Chile mostró pundonor, pero fue superado en ritmo, transiciones y precisión en los momentos clave.
Con este triunfo, México avanza a los cuartos de final, donde ahora enfrentará a Argentina, equipo que viene con ritmo dominante en el torneo. Para Chile, la derrota supone el fin de la ilusión mundialista en casa, con el aprendizaje de haber sido competitivo en varios pasajes pero sin capacidad para sostenerse ante un rival con mejor funcionamiento global.
Este enfrentamiento quedará como una muestra del nivel que puede alcanzar el fútbol juvenil mexicano, y como una advertencia para los demás competidores: no basta con llegar a instancias decisivas, hay que imponer carácter, eficiencia y nervios de acero.