El delantero argentino dejó Atlético Madrid y se puso la camiseta de Tigres de México, donde rápidamente dejó de lado un rol que le duró diez años.
El año pasado, hubo una racha de goles que le jugó una ‘mala’ pasada a Ángel Correa. Le marcó el 1-2 al PSG en el descuento, el 1-0 al Athletic sobre el final y 1-1 al Real Madrid en el minuto 95. Para Diego Pablo Simeone, la teoría estaba más que comprobada: el delantero argentino rendía como ningún otro desde el banquillo de suplentes. Una solución desde la mirada de un entrenador, un problema desde el costado de un jugador que sueña con protagonismo.
La tendencia, en realidad, se convirtió en una constante del jugador argentino desde que llegó al equipo español, en la temporada 2014-15, y en la Selección argentina. Bajo la dirección de Simeone, se convirtió en un jugador respetado y querido por la afición, aunque casi la mitad de sus partidos fueron desde el banquillo. En Catar 2022 -originalmente fuera de la lista definitiva pero incorporado por la lesión de Nicolás González- solo jugó algunos minutos ante Croacia, en las semifinales, cuando el partido estaba sentenciado. Pero, en el 2025, luego del Mundial de Clubes, Correa fichó para Tigres de México. Y quedó claro que es su turno definitivo.
Correa es un símbolo del potrero. En Rosario, se llevó todos los diplomas del jugador en formación de Argentina: empezó en canchas de tierra, con rivales más grandes, con pelotas desgastadas y sin árbitros. Luego pasó al futsal, donde el juego se reglamenta pero se mantiene esa idea de que el balón debe ir cerca del pie, que pisarla y tenerla bajo la suela hace bien. Por último, el ‘pulido’ en las divisiones inferiores de un club grande como San Lorenzo. En la Primera División de Argentina duró poco. Mucho talento, demasiado potencial.
Llegó a Atlético de Madrid como una de las grandes joyas del fútbol argentino pero, con el paso del tiempo, la idea de convertirse en un titular indiscutido, entre Antoine Griezmann, Luis Suárez, Álvaro Morata o Julián Álvarez, se fue apagando. A cambio, ganó peso el concepto de jugador que cambia los partidos desde el banquillo. «Tenerlo en el banco no es fácil…pero es un lujo para cualquier entrenador contar con un jugador que, cada vez que entra, cambia partidos», dijo en su momento Diego Simeone.
«La mentalidad es importante… Cuando ya sabés que no vas a ser titular, tenés que estar fuerte de la cabeza. Muchas veces me vengo abajo, pero cuando me pasa eso trato de darme cuenta rápido y ponerme a entrenar más», dijo Correa en su momento sobre su situación. Y agregó: «Si tengo 20 minutos, tengo que entrar a ayudar al equipo y tener la confianza de que alguna me va a quedar para marcar la diferencia».
En México, Correa tiene asegurado un posicionamiento que había perdido. A los 30 años, le sobra espalda para asumir un rol de figura. En sus primeros encuentros, lo dejó bien claro. En el debut, ante Dynamo Houston, por la Leagues Cup, hizo dos tantos en la victoria por 4 a 1. El primero fue un disparo desde afuera del área luego de un control exquisito. El segundo, una secuencia que recorrió el mundo porque, gracias a su capacidad para hacer una ‘bicicleta’, a lo Ronaldo Nazario, en la que pasó las piernas por encima del balón una y otra vez, revolcó al portero para un lado y otro.
Pocos días después, el argentino volvió a marcar un doblete. En el triunfo por 2 a 1 ante San Diego FC, regaló una sutileza -bien de potrero- en la que levantó el balón para evitar la cercanía del portero Sisniega y luego definir con el arco vacío. El segundo gol fue un buen control que lo habilitó a disparar al primer palo. Cuatro goles en dos partidos.
«Está desde hace mucho con nosotros, siempre ha tenido la consideración nuestra casi desde el primer momento en que asumimos con la Selección. Puede jugar por derecha, por izquierda, de mediapunta, falso nueve. Es una de las razones por las que ha venido. En una competición como ésta, tener un jugador así se agradece», dijo Scaloni sobre Correa durante la Copa América 2024.
Quién reemplaza a Messi o cuáles son las opciones en caso de que el 10 de Inter Miami no esté es un largo debate en la Selección argentina. Por momentos, fue Paulo Dybala el nombre con características más similares. Sin embargo, en los últimos meses, fue Thiago Almada el que tomó el lugar cuando la Pulga no estuvo. Los rendimientos estuvieron a la altura, especialmente contra Uruguay, con un golazo, y Brasil, por las Eliminatorias sudamericanas. Correa es otro nombre que, por características, podría ocupar ese lugar.